miércoles, 1 de febrero de 2012

SITIOS TURISTICOS DE COLOMBIA

TURISMO EN COLOMBIA
Torre del Reloj en Cartagena de Indias. Cartagena es uno de los distritos turísticos de Colombia y principal destino turístico por sus atractivos históricos, culturales y recreacionales. También considerada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Playas del Parque Tayrona en inmediaciones del Distrito Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta.
El Turismo en Colombia es regulado dentro de las funciones del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo del gobierno de Colombia, a veces con el asocio en implementación de políticas de los ministerios de Cultura y Hacienda para promover la economía del país y la generación de empleo para la sociedad colombiana.[1] También para articular procesos de identificación, valoración, competitividad, sostenibilidad y difusión del patrimonio cultural colombiano.[2] El gobierno también designó dentro del ordenamiento territorial del país los distritos turísticos de Cartagena de Indias y Santa Marta y especial atención al Departamento Archipiélago de San Andrés y Providencia junto a los Parques Nacionales Naturales de Colombia y los Territorios Indígenas.[3]
El énfasis del gobierno en turismo se hace en siete sectores; sol y playa ya sea en las costas de los océanos Pacífico o Atlántico, o en las riveras de ríos, lagos y lagunas; exaltando historia y cultura; agroturismo; ecoturismo; deportes y aventura. Dentro del marco cultural las ferias y fiestas y ciudades capitales de departamento para promover la economía local de sitios con potencial de desarrollo como Capurganá, Bahía Solano-Nuquí, Nemocón y Vaupés.[4] También promover el trabajo conjunto entre los sectores público y privado de la economía, compartiendo las inversiones que demanda una promoción y un mercadeo profesional del país.[4]
Para lograr esto el gobierno colombiano diseña campañas de mercadeo y publicidad como la actual Colombia es Pasión.[5] Esta campaña hace especial énfasis en la promoción el departamento del Meta, Bogotá, la Isla de Malpelo, el Bioparque Los Ocarros en Villavicencio, el Parque Nacional del Chicamocha en el departamento de Santander, Las playas del Parque Tayrona en Santa Marta que recibieron el segundo lugar entre los 10 sitios de ensueño del planeta y los Museo de Oro del Banco de la República, único y sin paralelo en el mundo por su género en diez distintos lugares del país.[6]
La mayoría de los turista extranjeros que visitan Colombia provienen de países vecinos de Latinoamérica y el Caribe, Norteamérica y Europa.[4] Los extranjeros según cifras del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo del 2006 ingresaron al país cerca de dos millones de personas, la mayoría de éstos llegando por vía aérea, seguido por las vias terrestres y marítimas en la que se destacaban los incrementos en llegadas de cruceros.[7]
En cuanto a turismo interno, en el año 2006 se contabilizaron por los peajes del país 120.259.526 vehículos, 8.331.334 más que en el año 2005 cuando se movilizaron 111.928.192 vehículos, lo que representó un incremento del 7.44% con respecto al año 2005.[7] Del total de turistas que ingresaron por los puntos de control del DAS en 2006, 520.238 se alojaron en el departamento de Cundinamarca, le siguen en importancia Bolívar con una participación del 12.29% (129.481) y Antioquia con el 9.49% (99.926). Por concepto de viajes el país recibió US$ 1.117 millones de divisas y US$ 338 millones por transporte aéreo de pasajeros, registrando tasas de crecimiento anuales de 30% y 29%, respectivamente. Las ciudades de Bogotá y Cartagena en el mismo período registraron los porcentajes más altos de ocupación con 70.7% y 67.8% respectivamente. A nivel departamental Norte de Santander y Antioquia registraron las ocupaciones más altas con el 57.3% y 56.2% respectivamente.[7] El incremento se debe a la política del gobierno para mejorar la seguridad del país y la confianza que han generado los programas como Vive Colombia, Viaja por Ella y las guías de rutas turíticas programadas.[8] [9]
Historia
La historia del turismo en Colombia se remonta al 17 de junio de 1954 con la creación formal de la Asociación Colombiana de Hoteles (ACOTEL) en Barranquilla que fue gestionada principalmente por John Sutherland, entonces Gerente del Hotel Tequendama. El 25 de octubre de 1955 se formó la Asociación de Líneas Aéreas Internacionales en Colombia (ALAICO) en la ciudad de Bogotá. El 24 de octubre de 1957 el gobierno creó la Empresa Colombiana de Turismo por Decreto 0272. Mientras que los restaurantes se agremiaron en la Asociación Colombiana de Grandes Restaurantes (ACOGRAN). En 1959, la alcaldía de Bogotá creó el Instituto de Cultura y Turismo de Bogotá.[10]
Problemas centrales y fundamentales que se presenta en el turismo de Colombia son generalmente: el deterioro de la red vial, insegurirdad en las vías que conducen a mencionados sitios turísticos (principalmente el secuestro de personas) y el bajo ingreso en cuanto al capital de los turistas hace imposible que se pueda financiar en muchos casos estos viajes.
En diciembre de 1963 se inauguró el primer hotel resort en Santa Marta, el Hotel Irotama y en 1964 se creó la primera cadena hotelera de Colombia, la Fundación de Hoteles Ltda.[10]
Cartagena de Indias
Además de Cartagena de Indias, la costa Caribe colombiana posee varias otras zonas de playas.
Costa de Isla de Providencia, Archipiélago de San Andrés y Providencia, Colombia.
Archipiélago en el Caribe Colombiano. Puerto libre y uno de los principales destinos turísticos.
A 700 km de la costa continental colombiana, rodeado de aguas cálidas y transparentes, se encuentra el archipiélago de San Andrés y Providencia; islas de leyendas de corsarios y bucaneros, que ofrecen al visitante excelentes servicios y atractivos que se disfrutan al son de los ritmos del Caribe.
En San Andrés se encuentran extensas playas de arena blanca bordeadas por un mar de siete colores, donde se practican infinidad de deportes acuáticos; sus atractivos se pueden descubrir guiados por isleños amables, alegres y espontáneos. Providencia es ideal para quienes quieren perderse en una isla apartada, donde la naturaleza es la protagonista; sus montañas siempre verdes y su gran barrera coralina de 20 km hacen de ella uno de los destinos más seductores de Colombia.
Santa Marta
La Quinta de San Pedro Alejandrino lugar del fallecimiento del prócer Simón Bolívar.
Santa Marta fue la primera ciudad fundada en Colombia, es un Distrito Turístico, Cultural e Histórico. Esta hermosa ciudad posee varia playas, de entre las cuales de destaca El Rodadero.
Además también se puede visitar la Quinta de San Pedro Alejandrino, lugar donde murió El Libertador Simón Bolívar, esta casa histórica es considerada un Santuario de la Patria. Dentro de La Quinta también se encuentra en Altar de la Patria, monumento nacional a Simón Bolívar, y el Museo Bolivariano de Arte.
También en la ciudad se encuentra la sede del Museo del Oro, La Casa de la Aduana, donde se pueden apreciar varias obras de orfebrería y cultura de los Tayrona.
La Sierra Nevada de Santa Marta es la montaña costera con más altitud en el mundo, con una altura superior a los 5000 msnm, y la cual hace parte de un Parque Nacional del mismo nombre. Dentro del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta se encuentra La Ciudad Perdida la cual es un Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
También se encuentra El Parque Nacional Natural Tayrona, área antigua donde Vivian los Tayrona, cubierta de una vegetación abundante, y bahías donde se pueden apreciar unas de las mejores playas, de la región.
También no lejos de la Ciudad se encuentra La Ciénaga Grande de Santa Marta, el conjunto de lagos y ciénagas más grande de Sudamérica, donde también se encuentra la Vía Parque Isla de Salamanca.
Por todo esto la ciudad de Santa Marta brinda la oportunidad de hacer turismo vacacional[1], turismo ecológico o arqueológico, o turismo deportivo.
[editar] Barranquilla
Barranquilla, la mayor ciudad de la región, es famosa por su Carnaval es el mayor polo de desarrollo de la región y pionera en muchos de los hitos en la historia de Colombia, siendo la cuarta ciudad industrial y en población del país,primera en la región Caribe.
Tiene sitios turísticos como bocas de ceniza (donde se une el río Magdalena y el mar Caribe, es bellísimo), el zoológico (el primer zoológico que se inauguró en América latina), puente pumarejo (el más largo de Colombia), el estadio metropolitano (el más grande de Colombia), el muelle de puerto Colombia (cuando se inauguró en 1888 fue el segundo más largo del mundo), volcán del totumo (ubicado a 45 minutos de Barranquilla), teatro Amira de la Rosa, el museo romántico, el hotel del prado (primer hotel en latinoamerica),
El Pacífico colombiano es una de las regiones más biodiversas del planeta. Tiene altos niveles de endemismo y una de las proporciones más altas del mundo en número de especies por metro cuadradado. Es la principal tierra de la cultura afrocolombiana y de numerosas comunidades indígenas, entre las que se cuentan los Embera y los Wuanaan. Sus ecosistemas incluyen playas, esteros, grandes extensiones de selva pluvial tropical y caudalosos ríos. La región alberga siete parques naturales, un santuario de flora y fauna, y dos jardines botánicos de iniciativa privada. Todos los años, entre julio y noviembre, las ballenas jorobadas llegan al Pacífico colombiano en su migración anual desde el sur del continente, y es posible hacer avistamientos. Es por esto que el Pacífico colombiano se ha convertido en uno de los destinos de ecoturismo más atractivos del país.
Principales destinos
  • Isla Gorgona, en el departamento del Cauca, que antiguamente fue una prisión de máxima seguridad y hoy en día es un Parque Nacional Natural.
  • Isla Malpelo, que es un santuario de flora y fauna.
  • Juanchaco y Ladrilleros, en el departamento del Valle del Cauca, dentro del Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga. En esta zona pueden hacerse los más interesantes avistamientos de ballenas, pues es donde se reproducen y dan a luz a sus crías. Además, ofrece numerosos sitios de interés ecoturístico como las cascadas Las Sierpes, las playas de Cucheros y La Barra, las piscinas de agua dulce de Arrastradero y el Jardín Botánico La Manigua.
  • Ocaña, en el departamento de Norte de Santander
En esta zona tienen asiento las principales ciudades del país (Bogotá, Medellín y Cali). Esta zona se conoce en Colombia como el "Triángulo de Oro" pues se concentra el mayor poder político, económico, industrial, comercial, cultural, deportivo y turístico. Otras ciudades importantes en la zona andina son Cúcuta y Bucaramanga, capitales de los departamentos de Norte de Santander y Santander; Bucaramanga también es llamada la Ciudad de los Parques o Ciudad Bonita, ubicada sobre una meseta, basa su economía en la agricultura y la industria. Es una ciudad universitaria al contar con más de 10 centros de estudios superiores. Es paso obligatorio del transporte que discurre entre la capital Bogotá y la costa atlántica, actualmente es centro de la economía del nor-oriente colombiano.
Eje Cafetero
El Eje Cafetero es una de las zonas de la región andina que más ha cobrado fuerza en materia turística. Dentro de sus atractivos están el Parque Nacional del Café ubicado en Montenegro Quindío, el Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria (PANACA) ubicado en Quimbaya Quindío, el Nevado del Ruiz en Manizales, el valle del Cocora donde se encuentra la palma de cera (el árbol nacional), Parque Nacional Natural Los Nevados en Pereira, Reserva del Edén, el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya, la hermosa Laguna del Otún, el Zoológico Matecaña en Pereira (uno de los más importantes de suramerica), los baños termales de Santa Rosa de Cabal, donde podrá disfrutar de las aguas termales y barros medicinales para la piel, el Jardín Botánico Universidad Tecnológica de Pereira, uno de los jardines botanicos más importantes de colombia y el unico catalogado como natural o silvestre por la BGCI, además de ser uno de los orquidearios más importantes del mundo, donde se podran observar diferentes tipos de plantas nativas y endemicas, al igual que una variada muestra de aves, las fincas cafeteras especialmente preparadas para alojar a los viajeros, podrá contemplar grandes obras de ingeniería como el Viaducto César Gaviria Trujillo, que une a Pereira y el vecino municipio de Dosquebradas, también en Pereira encontrará el parque temático el Arca de Noe en el Balneario Comfamiliar. Y en las noches en la Trasnochadora y morena Ciudad de Pereira encontrará en la zona rosa cientos de discotecas, pubs y clubs. En esta región se destacan otras ciudades como Manizales y Armenia donde se encuentra el Jardín Botánico del Quindío.

LA TAPADA LIMEÑA

Tapada limeña
Tapada limeña, era la denominación que se usaba para designar a la mujer limeña, en la época del virreinato del Perú y de los primeros años de la República. Se le denominó así, debido a que dichas mujeres, tapaban sus cabezas y caras con cómodos mantones de seda que denominaban "saya y manto", dejando al descubierto tan sólo un ojo. Su uso comenzó a partir del siglo XVI (1560) y se extendió hasta bien entrado el siglo XIX (1860), es decir, su uso se extendió durante tres siglos o trescientos años y no sólo se circunscribió a Los Reyes, sino también a otras ciudades importantes de la región. En Lima, la costumbre permaneció hasta bien entrada la República, cuando fue relegada por las modas francesas en boga.
Antecedentes
El arzobispo de Lima (que a su muerte sería venerado y elevado a la condición de santo), Toribio Alfonso de Mogrovejo, pronunció en 1583, un enérgico rechazo a la limeña costumbre de usar la saya y el manto como prendas habituales con que vestían las mujeres en la capital. Esto ocurrió durante el Primer Concilio Provincial que él mismo presidió y que dio origen a una censura que las Cortes de 1586, confirmaron durante el reinado de Felipe II. Se convino que los infractores serían multados con 3.000 maravedíes... ¿Los infractores? ¿Y por qué no las infractoras? El temor ante esta costumbre, ya muy extendida entre las limeñas y que tantos malentendidos y confusiones había generado, hizo sospechar a las autoridades virreinales que se estaban dando los primeros casos de travestismo en la Colonia.
Origen
Se piensa que el uso de la saya y el manto par de prendas distintivas de la tapada limeña apareció en Lima hacia 1560. Sobre su origen se ha dicho que es moro, por las innegables semejanzas que guardan con los trajes que cubren el cuerpo de las musulmanas, aunque sobre esto no hay pruebas concluyentes. Los primeros testimonios oficiales que tratan sobre la vestimenta fueron poco piadosos con sus usuarias:
"Ha venido a tal extremo el uso de andar tapadas a las mujeres, que de ello han resultado grandes ofensas a Dios i notable daño a la república, a causa de que aquella forma no reconoce el padre a la hija, ni el marido a la mujer, ni el hermano a la hermana..."
Muchas fueron las ordenanzas posteriores a esta acta de las Cortes de 1586, pero ninguna pudo disuadir a las limeñas y quizás tantas prohibiciones oficiales fueran la razón de su largo y resistente uso.

Características
El atuendo característico de la tapada connotaba insinuación, coquetería, prohibición y juego de seducción. Con todo, no dejaba de ser un vestido: la saya contorneaba las caderas y el manto cubría la cabeza y el rostro, excepto, por supuesto, un único ojo. Tras el manto podía habitar una abuela desdentada así como una mujer tuerta picada por la viruela. Las posibilidades eran muchas como muchos debieron ser las ocasiones en que muchachos galantes o "viejos verdes" derrocharon piropos antes esposas, cuñadas, suegras, madres o hijas que podían ocultar su verdadera identidad tras los mantos.
La saya era una falda de seda grande y larga, de colores azul, castaño, verde o negro. Para asegurarla se usaba un cinturón que la ceñía al talle de la mujer. No era extraño que algunas menos agraciadas usaran caderas postizas que exageraban sus dotes naturales. Por debajo de esta falda se podía ver el pequeño pie (calzado con un zapato de raso bordado) que también hizo famosas a las antiguas limeñas. El manto también era de seda, se ataba a la cintura y subía por la espalda hasta cubrir la cabeza y el rostro, dejando al descubierto tan sólo un ojo y acaso los brazos.
Uso político de la saya
Con el tiempo, las variedades de los trajes fueron de la mano con el clima político, que las tapadas aprovechaban para favorecer a sus caudillos. A Felipe Santiago Salaverry (Presidente del Perú, 23 de febrero de 1835 a 7 de febrero de 1836) con la saya salaverrina, a Agustín Gamarra (dos veces Presidente de la República, entre 1 de septiembre de 1829 y 20 de diciembre de 1833 y del 25 de agosto de 1838 al 18 de noviembre de 1841) con la saya gamarrina, a Luis José de Orbegoso y Moncada (Presidente de la República entre el 21 de diciembre de 1833 y el 11 de agosto de 1836), con la saya orbegosina.
Las tapadas limeñas fueron un ícono en la Lima antigua, una presencia original que no existió en ninguna otra ciudad de América Latina. El juego de insinuación, el símbolo de clandestinidad, acaso de una incipiente libertad femenina, llamaron la atención de los visitantes que pasaron por la ciudad capital durante los trescientos años en que se usó el traje. En el siglo XIX fueron pintadas por el francés Leonce Angrand y el mulato limeño Pancho Fierro, así como llevadas a escena por Manuel Ascencio Segura en su obra satírica "La saya y el manto".
Por su parte, en "Peregrinaciones de una paria" (1838), Flora Tristán escribió sobre la saya:
"Se hace de diferentes telas según la jerarquía de los rangos y la diversidad de las fortunas (...). Sólo en Lima se las puede hacer y las limeñas pretenden que es preciso nacer en Lima para poder ser un obrero en caya"
Sobre si fue o no, moda
Contrario a la opinión de algunos especialistas, la tapada limeña no fue una moda pues la resistencia al cambio y el apego a la tradición denotan una estabilidad una comodidad que permitió el chismorreo, las intrigas y otras costumbres limeñas. Sin embargo, tras trescientos años de vigencia, la tapada fue desapareciendo y hacia 1860, la moda afrancesada había desplazado a la saya y el manto, destinándolas al baúl de los recuerdos.
Terminó así una tradición que durante tres centurias le dio a las mujeres de Lima un atuendo distintivo que ninguna otra ciudad tuvo en Latinoamérica